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Secado de aire comprimido ¿Por qué debemos hacerlo?

El aire tal y como lo encontramos en la atmósfera, contiene una cantidad determinada de vapor de agua en función de la humedad relativa de este. Tras comprimirlo, introducimos un volumen importante de aire, además de toda su humedad en un mismo depósito. La concentración de todo esto, desembocará en una cantidad de agua considerable y aire húmedo.

Para evitar problemas en su sistema productivo, es necesario tratar el aire húmedo. Los problemas que ocasiona la humedad en el aire comprimido son diversos como corrosión en depósitos y tuberías, deterioro de instrumentación asociada a la red de aire, degradación acelerada de electroválvulas y accesorios neumáticos, oxidación y falta de rendimiento en herramienta neumática …

La utilización de filtros y vasos decantadores para eliminar la humedad no es eficaz, ya que eliminan tan solo el agua que hay puntualmente en esa zona. El resto de humedad continuará con el aire por su circuito, provocando condensación en otros puntos y de nuevo… La aparición de agua.

¿Cuánta humedad tiene nuestro aire comprimido?

Para entender la eficacia en los procesos de secado del aire, necesitamos tener una unidad de medida que nos aporte una realidad, sobre el estado del aire que hay en nuestras aplicaciones. 

Esta unidad será el punto de rocío a presión o PRP, cuyo término se utiliza para indicar la cantidad de vapor de agua en el aire comprimido. Su valor será la temperatura a la que se condensará el vapor de agua, a la presión de trabajo actual. Un valor bajo de PRP es garantía de una pequeña cantidad de vapor de agua en el aire comprimido.

Dependiendo del nivel de secado que precise en sus aplicaciones, deberemos seleccionar el método de secado más idóneo, siempre teniendo en cuenta los costes, cuanto menor sea el PRP obtenido, mayor será el coste de operación para el secado del aire. Existen varias técnicas para eliminar la humedad del aire comprimido, las más habituales son la refrigeración, sobre compresión, membranas, secado por absorción y secado por adsorción.

¿Una vez seco el aire, donde va la humedad?

Después de condensar la humedad del aire, por un proceso u otro, siempre llegaremos a un punto común en todos, la eliminación del agua.

Gracias a las purgas instaladas en los secadores, la humedad saldrá al exterior en forma de agua mediante sus diversos drenajes. De todos es conocido, que esta agua contiene porcentajes de contaminación derivados del uso de aceites en la lubricación de los compresores.

 Una eliminación incorrecta de estas aguas no solo es perjudicial para el medioambiente, sino que también podría incurrir en una sanción por parte de la autoridad competente. La forma correcta de tratar este residuo es usando un Separador de Condensados, pero esto los explicaremos en otra ocasión.